Sumario de las notas principales (SNP)

  • A pesar de toda la construcción metafísica que hay detrás del concepto de amor, éste también puede verse como un fenómeno biológico: es una serie de procesos bioquímicos mediados por proteínas, hormonas y receptores;
  • Como en todo fenómeno biológico, la genética desempeña un papel importante. Especialmente los genes HLA, HTR1A y FZD9;
  • El HLA actúa en la composición de los olores corporales, un factor importante para atraer a la pareja y reconocer a los miembros de la familia; el HTR1A, en el metabolismo de la serotonina, estando asociado a la prevalencia de las relaciones duraderas; y el FZD9 está relacionado con la sociabilidad, siendo uno de los genes afectados en el Síndrome de Williams.

¿Sabías que, de todas las formas de amor que conocemos, algunas pueden estar asociadas a tu genética?

Los sentimientos y las emociones son el resultado de acciones hormonales coordinadas por nuestro sistema nervioso. El miedo, la ira, la apatía, la empatía y el amor son sólo algunos de los diversos sentimientos que tenemos naturalmente como seres humanos. Al tratarse de fenómenos biológicos, es de esperar que las variaciones genéticas influyan en la intensidad e incluso en la naturaleza de estos sentimientos.

¿Siente curiosidad por las conexiones entre la genética y el amor? Pues bien, aquí te hablaremos de algunas de estas conexiones, desde un punto de vista más científico, pero no menos apasionado.

HLA: el amor en su forma primitiva

En los animales en general existe un importante componente genético del sistema inmunitario denominado complejo de histocompatibilidad, conocido como CMH. Se trata de una serie de proteínas expresadas en la membrana celular que participan en la comunicación entre las células del sistema inmunitario. En resumen, el complejo MHC se encarga de diferenciar entre las células endógenas (las que pertenecen al cuerpo del huésped) y las exógenas (potenciales invasoras).

En los seres humanos, el CMH se conoce como HLA (antígeno leucocitario humano), el mismo nombre que los genes que transcriben el complejo. Los alelos HLA pueden dividirse en tres clases (I, II y III) y se heredan de generación en generación. Hay varios indicios de que, además de mediar en la respuesta inmunitaria, el HLA también influye en la composición de los olores corporales, lo que acaba por situarlo en una posición central en diversas “formas de amor”. Dado que los recién nacidos, por ejemplo, reconocen a sus madres por el olor, es probable que el amor “maternal” sea también una consecuencia del reconocimiento de la misma clase HLA.

Una prueba indirecta de este fenómeno se describe en un estudio de la Universidad de Dresde (Alemania), en el que se dilucidó que la atracción sexual es mucho más probable entre portadores de HLA de diferentes clases.

El gen HTR1A: solteros x casados

Que la serotonina es un neurotransmisor relacionado con la felicidad y la euforia, ya lo saben muchos. Lo que puede ser nuevo es el hecho de que algunas variaciones en uno de sus receptores -en particular el 5-HTA1– pueden llevar a algunas personas a ser más propensas que otras a mantener relaciones duraderas.

Un estudio de la Universidad de Pekín (China) dilucidó la relación entre las variantes del gen HTR1A y el estado civil de sus portadores. La conclusión fue que existe una relación significativa entre la presencia del alelo CC y estar en una relación de larga duración. Fue la primera prueba científica de que existe una relación entre la composición genética y la probabilidad de tener una relación seria.

El síndrome de Williams y el gen FZD9

El síndrome de Williams es un trastorno genético causado por la supresión de aproximadamente 27 genes en el cromosoma 7. Suele producirse al azar en el desarrollo embrionario, pero en un pequeño número de casos puede heredarse de uno de los padres.

Entre los diversos síntomas de este síndrome se encuentran varias complicaciones cardíacas, malformación del nervio auditivo, reducción de la fuerza y el tono muscular, calambres, diverticulitis, problemas urinarios, aumento del espacio entre los dientes y una mayor probabilidad de desarrollar diabetes de tipo II.

Por otro lado, hay un grupo especial de síntomas y consecuencias para la vida de una persona con el síndrome: en general, los afectados son extremadamente sociables, empáticos, comunicativos y suelen carecer de la mayoría de las inhibiciones sociales y los impedimentos de comunicación que tienen la mayoría de los individuos.

El “culpable” es el gen FZD9. O, mejor dicho: la ausencia de este gen. En el estudio de la neurocientífica brasileña Alysson Muotri, publicado en la revista Nature, cinco pacientes con síndrome de Williams presentaban la mayoría de los síntomas comunes de hipersociabilidad, pero uno no lo era. De hecho, poseía una sociabilidad equivalente a la de un humano sin el síndrome. Esta era la oportunidad ideal para averiguar qué es lo que impulsa a la mayoría de las personas afectadas a interactuar con el mundo de la forma en que lo hacen.

El análisis del ADN de este paciente mostró que, a pesar de haberse confirmado el síndrome, seguía teniendo dos copias del gen FZD9, como todos los no portadores. Curiosamente, más tarde se descubrió que hay portadores de autismo con hasta tres copias de este gen, lo que demuestra una fuerte relación entre éste y la capacidad de comunicación y empatía de una persona.

Uno esperaría naturalmente que las personas con tan altas habilidades sociales fueran capaces de destacar y comunicarse sin dificultad, pero las investigaciones demuestran que, independientemente del grupo etario, suelen tener pocos amigos o problemas para establecer nuevas amistades.

La alta simpatía y afabilidad de estos individuos suele considerarse exagerada para la mayoría de los entornos sociales, y se piensa que esto se debe a las dificultades para relacionarse en niveles más profundos de intimidad, ya que los portadores no suelen ser reservados de ninguna manera, no manejan bien el rechazo, y su alta facilidad para creer a otras personas los hace más susceptibles de abuso y explotación. Este cuadro, en general, da lugar a adultos que suelen estar solos, aislados socialmente y frustrados por su incapacidad para satisfacer sus propias expectativas y deseos.

 

Referencias

KROMER, J. Influence of HLA on human partnership and sexual satisfaction. Sci Rep. 2016; 6: 32550.
LIU, J. The association between romantic relationship status and 5-HT1A gene in young adults. Scientific Reports volume 4, Article number: 7049 (2015).

Genetics Home (December 2014). Williams syndrome. Genetics Home Reference. Archived from the original on 20 January 2017. Retrieved 22 January 2017.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]